Casa Hom

Ubicación: Mar Azul, Villa Gesell, Buenos Aires

Proyecto y Dirección: Arq. María Victoria Besonías, Arq. Guillermo de Almeida

Colaboradores: Arq. Micaela Salibe, Arq. Candela Barrios, Arq. Mónica Travaglini, Hernán de Almeida

Superficie del terreno: 350m2

Superficie construida: 92m2

Año de construcción: 2020

Fotos: Hernán de Almeida

MEMORIA

El encargo
Luego de construir varias casas de veraneo en el bosque de Mar Azul recibimos el encargo de proyectar una nueva vivienda, pero esta vez para ser habitada de forma permanente.
Una joven pareja, habitante de la ciudad de Buenos Aires, decide mudarse buscando una existencia más tranquila para la crianza de su pequeño hijo. Habiendo veraneado en varias ocasiones en el bosque de Mar Azul, ambos resuelven que ese lugar tiene todas las condiciones necesarias para iniciar una nueva vida. Con tal objetivo compran un lote, alejado del mar y del centro del balneario, de solo diez metros de frente, una medida, que es producto de un loteo especulativo de inicio que pone en peligro la supervivencia del bosque a medida que se va ocupando y condiciona decididamente la búsqueda de soluciones arquitectónicas.
Nos hacen saber que teníamos que ocuparnos especialmente del acondicionamiento de la vivienda en el invierno, ya que en esa época el frio y la humedad son intensos en el bosque y, como la localidad de Mar Azul no cuenta con provisión de gas de red, la calefacción solo es posible con consumo de electricidad o leña, lo que demanda un gasto muy importante.
Se suma el hecho de que, debido a la vegetación propia y la del predio vecino en su lateral noroeste, el lote adquirido iba a permanecer en sombra los meses de frio durante gran parte del día, de manera que el tema del adecuamiento para el invierno sería un importante condicionante a la hora de ponernos a proyectar la casa. También debía serlo el presupuesto muy acotado con que contaban para construirla y la necesidad de que no les generara gastos de mantenimiento en un futuro.
En relación con el uso, de momento, necesitaban dos dormitorios, un baño y un estar-comedor-cocina integrados. Nos hablaron también de la importancia que tenía para ellos el desarrollo de la vida al aire libre, de manera que la relación entre la casa y su bosque la imaginaban muy fluida.

La propuesta
Como respuesta a estos condicionantes decidimos que lo más conveniente era proponer una casa muy compacta resuelta en dos plantas para ocupar la menor superficie de esa pequeña zona soleada del lote, con todas sus caras exteriores convenientemente aisladas térmicamente y con una fuente de calor centralizada para un óptimo aprovechamiento del consumo de energía.
Con ese objetivo propusimos una casa resuelta dentro de un prisma de planta cuadrada de 7m de lado con una altura total de 5.45m, al que se le ha vaciado un cuarto de su volumen para crear una galería de expansión semicubierta de doble altura, abierta a las mejores orientaciones y que permita en un futuro crecer con un tercer dormitorio con una construcción en seco de bajo costo y sin comprometer las actividades en el resto de la casa.

La organización funcional
El acceso está definido por un mínimo gesto en una fachada plana, formalizado por un alero en diagonal y un tabique que se prolonga en una pequeña escalera, salvando así la diferencia de nivel establecida por la pendiente natural del terreno.
La puerta de entrada comunica directamente con un espacio integrador de todas las actividades comunes de la familia, cuyo uso queda determinando con ayuda de un equipamiento mínimo realizado en hormigón visto. Este espacio se prolonga hacia el exterior en una galería de doble altura a través de dos grandes ventanales, abiertos a las mejores orientaciones y con vistas al bosque. En el centro de este espacio se ubica una salamandra como única fuente de calor de ese nivel y a través de su conducto de ventilación como refuerzo de la calefacción de la planta superior.
El acceso a la planta alta se realiza a través de una escalera que, junto a un toilette y un lavadero en planta baja y el baño en planta alta, ocupan la cara ciega de la casa que resuelve la medianera, haciendo de fuelle térmico y sonoro entre el lote lindero y las actividades principales de la casa. En la planta superior se encuentran los dos dormitorios y el baño con aberturas controladas que hicieron posible un ahorro de presupuesto y con doble vidrio para evitar las fugas de calor. Ambos dormitorios están equipados con ventilador de techo para los días más calurosos del verano y con estufas eléctricas para el invierno.

La construcción
Losas y tabiques de hormigón a la vista resuelven la estructura resistente del prisma. Los cerramientos de las cuatro caras están realizados con tabiques de mampostería de ladrillos huecos con una aislación de poliuretano expandido y revestimiento de madera hacia el exterior, la terminación interior de los tabiques es un revoque a la cal y pintura al látex.
Con el propósito de aprovechar todos los recursos disponibles ese revestimiento exterior fue realizado con la madera recuperada de los encofrados, clavada sobre listones y protegida con aceite quemado de auto. Este tratamiento de la madera no tiene costo y puede ser realizado sin ningún tipo de preparación de la superficie.
Tanto este material como el hormigón a la vista realizado con encofrado de tablas de madera resulta de una presencia contundente y discreta a la vez, permitiendo que la obra se exprese en armonía con el bosque. Todos los pisos son de alisado de cemento y el encuentro con los muros de mampostería se resolvió con un perfil rehundido de aluminio, a manera de zócalo. Las aberturas son de aluminio anodizado color bronce oscuro para no acusar las particiones de las mismas.

Casa Hom

Ubicación: Mar Azul, Villa Gesell, Buenos Aires

Proyecto y Dirección: Arq. María Victoria Besonías, Arq. Guillermo de Almeida

Colaboradores: Arq. Micaela Salibe, Arq. Candela Barrios, Arq. Mónica Travaglini, Hernán de Almeida

Superficie del terreno: 350m2

Superficie construida: 92m2

Año de construcción: 2020

Fotos: Hernán de Almeida

MEMORIA

El encargo
Luego de construir varias casas de veraneo en el bosque de Mar Azul recibimos el encargo de proyectar una nueva vivienda, pero esta vez para ser habitada de forma permanente.
Una joven pareja, habitante de la ciudad de Buenos Aires, decide mudarse buscando una existencia más tranquila para la crianza de su pequeño hijo. Habiendo veraneado en varias ocasiones en el bosque de Mar Azul, ambos resuelven que ese lugar tiene todas las condiciones necesarias para iniciar una nueva vida. Con tal objetivo compran un lote, alejado del mar y del centro del balneario, de solo diez metros de frente, una medida, que es producto de un loteo especulativo de inicio que pone en peligro la supervivencia del bosque a medida que se va ocupando y condiciona decididamente la búsqueda de soluciones arquitectónicas.
Nos hacen saber que teníamos que ocuparnos especialmente del acondicionamiento de la vivienda en el invierno, ya que en esa época el frio y la humedad son intensos en el bosque y, como la localidad de Mar Azul no cuenta con provisión de gas de red, la calefacción solo es posible con consumo de electricidad o leña, lo que demanda un gasto muy importante.
Se suma el hecho de que, debido a la vegetación propia y la del predio vecino en su lateral noroeste, el lote adquirido iba a permanecer en sombra los meses de frio durante gran parte del día, de manera que el tema del adecuamiento para el invierno sería un importante condicionante a la hora de ponernos a proyectar la casa. También debía serlo el presupuesto muy acotado con que contaban para construirla y la necesidad de que no les generara gastos de mantenimiento en un futuro.
En relación con el uso, de momento, necesitaban dos dormitorios, un baño y un estar-comedor-cocina integrados. Nos hablaron también de la importancia que tenía para ellos el desarrollo de la vida al aire libre, de manera que la relación entre la casa y su bosque la imaginaban muy fluida.

La propuesta
Como respuesta a estos condicionantes decidimos que lo más conveniente era proponer una casa muy compacta resuelta en dos plantas para ocupar la menor superficie de esa pequeña zona soleada del lote, con todas sus caras exteriores convenientemente aisladas térmicamente y con una fuente de calor centralizada para un óptimo aprovechamiento del consumo de energía.
Con ese objetivo propusimos una casa resuelta dentro de un prisma de planta cuadrada de 7m de lado con una altura total de 5.45m, al que se le ha vaciado un cuarto de su volumen para crear una galería de expansión semicubierta de doble altura, abierta a las mejores orientaciones y que permita en un futuro crecer con un tercer dormitorio con una construcción en seco de bajo costo y sin comprometer las actividades en el resto de la casa.

La organización funcional
El acceso está definido por un mínimo gesto en una fachada plana, formalizado por un alero en diagonal y un tabique que se prolonga en una pequeña escalera, salvando así la diferencia de nivel establecida por la pendiente natural del terreno.
La puerta de entrada comunica directamente con un espacio integrador de todas las actividades comunes de la familia, cuyo uso queda determinando con ayuda de un equipamiento mínimo realizado en hormigón visto. Este espacio se prolonga hacia el exterior en una galería de doble altura a través de dos grandes ventanales, abiertos a las mejores orientaciones y con vistas al bosque. En el centro de este espacio se ubica una salamandra como única fuente de calor de ese nivel y a través de su conducto de ventilación como refuerzo de la calefacción de la planta superior.
El acceso a la planta alta se realiza a través de una escalera que, junto a un toilette y un lavadero en planta baja y el baño en planta alta, ocupan la cara ciega de la casa que resuelve la medianera, haciendo de fuelle térmico y sonoro entre el lote lindero y las actividades principales de la casa. En la planta superior se encuentran los dos dormitorios y el baño con aberturas controladas que hicieron posible un ahorro de presupuesto y con doble vidrio para evitar las fugas de calor. Ambos dormitorios están equipados con ventilador de techo para los días más calurosos del verano y con estufas eléctricas para el invierno.

La construcción
Losas y tabiques de hormigón a la vista resuelven la estructura resistente del prisma. Los cerramientos de las cuatro caras están realizados con tabiques de mampostería de ladrillos huecos con una aislación de poliuretano expandido y revestimiento de madera hacia el exterior, la terminación interior de los tabiques es un revoque a la cal y pintura al látex.
Con el propósito de aprovechar todos los recursos disponibles ese revestimiento exterior fue realizado con la madera recuperada de los encofrados, clavada sobre listones y protegida con aceite quemado de auto. Este tratamiento de la madera no tiene costo y puede ser realizado sin ningún tipo de preparación de la superficie.
Tanto este material como el hormigón a la vista realizado con encofrado de tablas de madera resulta de una presencia contundente y discreta a la vez, permitiendo que la obra se exprese en armonía con el bosque. Todos los pisos son de alisado de cemento y el encuentro con los muros de mampostería se resolvió con un perfil rehundido de aluminio, a manera de zócalo. Las aberturas son de aluminio anodizado color bronce oscuro para no acusar las particiones de las mismas.